Veracruz, Veracruz
Retomando la tradición del “Viejo” y para despedir el año 2010, el viernes 31 de diciembre por las Avenidas 5 de Mayo e Independencia, el Comité Organizador del Carnaval de Veracruz 2011 presidido por Ricardo Antonio Pérez Gushiken, llevó a cabo la Rumbata Carnestolenda del “Viejo”.
En punto de las 14:00 horas dio inicio el recorrido a pie en el que participaron la Corte Real 2010 encabezada por los Reyes Cinthya Patricia Covarrubias Ponce, Fabrizio Aguirre Madrid, Zulema Benedel Martínez Peregrina y Juan Luis Contreras González, además del Bastonero Real Guillermo Romel Enríquez Arano.
También presente la Corte electa 2011 con los Reyes Infantiles Ana Luz Zavala Romero y Alexis Enríquez Larios; la Reina Aída Karina Cuenca Gamboa y su Princesa Primera Lizbeth Martínez Márquez; el Rey de la Alegría José Antonio Montenegro Godines “Montenegro”, el Primer Princeso Miguel Ángel Acosta Mena “El Tigre del Sardinero” y el Princeso Segundo Alberto Heredia Hermida “Beto Retro”, con ellos el Bastonero del Rey Miguel Novoa y Jesús Antonio Jácome Hernández “Chuchín”.
Brindándole el toque carnestolendo de alegría, la batucada Tradiciones de Brasil, la comparsa Bastoneras del XIV, ex Reyes y ex Princesos de la festividad, Zanqueros personificados como el Año Viejo y el Año Nuevo, integrantes de la academia de Israel Aquino, así como un tranvía con grandes lonas de promoción del Carnaval 2011.
Cabe recordar que el ex Rey de la Alegría 1992, Francisco González García “El Tiburón González” (Q.E.P.D.), acostumbraba vestirse de “El Viejo” y salía a las calles del Centro Histórico para brindarle alegría y baile a lugareños y turistas, en esta ocasión sus nietos formaron parte del contingente que contagiaba del ritmo a quienes se encontraban a su paso.
En Veracruz se le brinda la despedida al Año Viejo y una bienvenida al Año Nuevo, con el tradicional “Viejo”.
Se cuenta que esta tradición nació en el Puerto de Veracruz, en una Nochebuena de 1875 cuando un líder de los cargadores de los muelles, llamado M.A. Bovril, inició una protesta con sus compañeros de trabajo pues no recibían algún tipo de aguinaldo o beneficio por las fechas. Con ruido generado por latas, cencerros y tapaderas de metal, la petición se repitió al año siguiente, consiguiendo que los patrones les obsequiaran botellas de licor y alimentos, para evitar el escándalo.
Desde ese momento, se hizo costumbre que en fechas decembrinas se pida el aguinaldo de esta forma tan particular y alegre, cantando coplas como “Una limosna para este pobre viejo, que ha dejado hijos para el año nuevo”, además de que en algunos hogares se acostumbra hacer un muñeco relleno de papel, cohetes y trapos viejos, que representa al año que termina, y el último día del año a la media noche se le prende fuego, haciendo que exploten los cohetes.
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